Martín Villagarcía - Soy propenso a la oscuridad





El agua no corre pero el mar se expande
al infinito como la cama del insomne
no hallando límites ni horizontes
en la oscuridad de la noche negra.
Las olas se mueven, se acercan
se retrotraen y se transmutan en un reloj
detenido en un instante para siempre.
Traen desde el fondo del mar
polaroids desteñidas por el sol,
carcomidas por la humedad,
viejas voces acoplándose con una antigua
canción de cuna al ritmo de una silla mecedora
dejando apenas entreoír un lejano silbido;
nombres, nombres, pero no hay rostros,
la imagen se deshace con la espuma del mar.
Las olas vuelven y el paisaje se abre,
el mar es una gran posibilidad.
Abajo las rocas imitan a las nubes,
cobran las formas de los sueños olvidados
de los viajes que nunca fueron hechos,
pero todo eso también desaparece.
Sólo queda la distancia entre el cuerpo hendido
y el olor a sal transparente chocándose
violentamente contra el precipicio.
El viento induce a proceder, hace alas
de los brazos y ahora es un pájaro
el que es invitado a volar
en busca de un sitio más cálido.
Uno a uno los sentidos pierden fuerza,
el golpe de las olas es terrible,
pero no es mortal; no se muere del mar.
Todos los recuerdos ahora se encuentran
sumergidos en una misma sustancia.
El mar halla su horizonte,
el cuerpo, perspectiva.

*

Las Nubes

Soy propenso a la oscuridad. Arriba todo se mueve despacio, quirúrgicamente, hasta que no quedan sombras ni luz. Se oyen vidrios rompiéndose, seguro son las ventanas de los edificios abriéndose al tiempo, a lugares encerrados en no-lugares a medida que las nubes en el cielo negro efectúan su danza, sin música ni acompañamiento. Majestuosas, por encima de todos, toman la forma de un sueño abstracto y resquebrajado en el centro y comienzan a moverse más rápido, hasta que todo alrededor se funde en un movimiento frenético. Las nubes se retrotraen, ya no tienen posibilidad de imitar a nada ni a nadie.

*

Llegás con un tarro de vaselina
y una caja de forros,
decís que te gusta el sexo duro.
Yo sonrío, me pregunto
si realmente sabés lo que es eso.
Me embadurnás el culo
Y me ponés en cuatro,
sobre la alfombra que tus papás
se compraron en la India.
¿Pensás contarles alguna vez
que el día que te mueras
yo quiero ser tu viuda?
Me hacés acordar a lo que quise ser,
pero nunca pude.
Lo sabía, no tenés idea
de lo duro que es el sexo en realidad.
A los pocos minutos te tengo hecho manteca
encima mío, susurrándome palabras de amor
que me dan asco,
me tengo que ir.
Te pregunto si me puedo bañar
y me decís que tus viejos están por llegar,
entonces me voy,
es lo que quería.
Camino de regreso
a ningún lado, me compro
un alfajor y te miro desde abajo,
sueño con otra oportunidad.

*

un hombre necesita
a otro hombre
¿para qué?


*

wrapped in plastic

Las montañas y el cielo se acoplan
con las voces en el aire
el agua del río se quedó muda
sin embargo corre
un cadáver envuelto en plástico
ésa es su ofrenda

*

Un molino que es una casa
de madera que se quema
que revienta que se oculta
que tiene secretos
she’s filled with secrets

Ronette vuelve a casa
como todos los días
sólo que esta vez tuvo una epifanía

*

sueño que soy frío
pálido, no- muerto
y cuando me levanto
todavía siento la sangre
cálida en mis labios

*

Afura llueve
pero es sábado a la noche y quiero salir.
Mis amigos no contestan los mensajes
no tengo más ganas de esperar.
Agarro la campera
armo dos churros, guardo la pasti en la billetera
y salgo para Cocoliche.
El 8 va hasta la bolas
todos con la misma energía
viajando al fin de la noche.
Llego y me meto al baño
un tipo le ofrece merca a unos chicos
me pregunta si quiero
y lo dudo por un momento.
No tengo ganas de pensar.
“Gracias” le digo
y le doy un saque.
Me guiña un ojo y se va.
La música suena cada vez más fuerte
es ahora
saco la rola y me la tomo con un trago de agua.
Quiero verme en el espejo
pero está todo empañado.
No puedo esperar más
bajo a la pista y me interno en el sonido.
Las luces giran sin parar
azul y rojo, azul y rojo, azul y rojo
como si estuvieran siguiendo el ritmo.
La música sube y se va poniendo dura
somos cada vez más en este franeleo grupal.
El chico de al lado me sonríe
tiene lentes de sol,
pero sé que me está mirando.
“Tengo keta si querés” me dice al oído.
Quisiera contestarle
pero no puedo mover la boca.
Sonrío y sigo bailando
cierro los ojos
y la música se convierte en el universo.
Estoy poseído.
Alguien me agarra de la mano,
pero no puedo abrir los ojos para ver.
“Inhalá” dice
me tapa una fosa nasal
y aspiro con la otra.
La oscuridad se vuelve colorida
y me borra como una tiza de un pizarrón.
Esto es belleza y feclidad.

*

Alguien me habla por MSN
espero hasta que cargue la foto para contestarle.
Es el chico que me chupó la pija mejor que nadie
y me pregunta qué onda.
“¿Venís para acá?” le pongo
dice que está en el restaurant donde trabaja.
Me siento decepcionado y no entiendo para qué me habla.
“Vení vos” dice
“vamos al baño, siempre tuve la fantasía de coger ahí”.
Le pregunto qué pasa si entra alguien
me da una explicación larguísima.
No entiendo bien qué quiere decir
Pero no tengo ganas de dar vueltas.
“Salgo para allá” le digo
Y me armo rápido un finito antes de salir.
Camino por Rivadavia fumando
llego a Acoyte y veo que el 55 se está por ir
lo corro a toda velocidad
como si tuviera ruedas en los pies
y lo alcanzo.
En el camino me hago una paja mental
imagino su culo húmedo y dilatado
y la pija se me pone dura.
Bajo y camino por Thames hasta el restaurant.
Pido permiso y me mando al baño de una
lo veo de reojo
y me pongo al palo de vuelta.
Entro, me acomodo en el último mingitorio
y me empiezo a hacer la paja.
Vitalic suena a todo lo que da en mis auriculares
entra.
Me guiña un ojo y me agarra la pija
se relame los labios de ganas
y me la chupa ahí.
Nadie la chupa como él
me envuelve el glande con los labios
y lo acaricia con la lengua.
Reclino la cabeza y cierro los ojos.
Siento su aspereza
se me llenan los huevos de leche.
“Pará que voy a acabar” le digo
y lo pongo contra la pared.
Se la apoyo mientras le acaricio los pezones
la cabeza le entra sola en el culo
y se la mando entera.
De repente escuchamos que hay alguien en el baño
en el único cubículo que tiene la puerta cerrada.
Lo miro y dice que sigamos igual
vuelve a chuparme la pija y los huevos
me hace una paja rápido y me pide que le acabe en la boca.
No doy más
y se la lleno toda de leche.
Me vuelve a guiñar un ojo y se va
me limpio como puedo y salgo.
Estoy más caliente que cuando llegué.



Martín Villagarcía nació en 1986. Es Licenciado y Profesor en Letras (UBA), escritor, crítico, artista plástico, performer, fotógrafo y videasta. Publicó las plaquetas de poesía Afasia (Color Pastel, 2006), Farsa (Proveedora de droga, 2007), Cómo desaparecer completamente (y nunca volver a ser encontrado) (Color pastel, 2010), Éxtasis (Capicúa, 2012) y Sinergia (Capicúa, 2012). Colabora con las revistas El Interpretador, No-Retornable y Bazar Americano escribiendo crítica literaria, de teatro, de cine y de arte. Realizó las exposiciones Creepshow (2008), Accidentados (2011) y Devenir Animal (2012) y dirigió los cortometrajes Consumiéndonos (2004) y Espejismos de la noche (2008). Coordina el Cineclub Divine de cine y diversidad sexual, el Club de Lectura de Brandon y el ciclo de poesía y performance Temporada Nuclear. Mantiene el blog “El cuarto abierto” (www.elcuartoabierto.blogspot.com) y una página personal con fotos, ilustraciones y videos (www.martinvillagarcia.com.ar).



Ilustración: Marianela Torrez



Una criatura nocturna - Lía Sosa

Entrar en la poesía de Martín Villagarcía es tirarse un chapuzón a un abismo suave y oscuro, como esponjoso, es sumergirse entre símbolos condensadores de sentidos, sentidos que ni bien se posa la mirada en ellos eclosionan y te mandan de paseo a los más profundo precipicios.
Los poemas de Villagarcía te pueblan los ojos de paisajes enrarecidos de belleza lúgubre y sensual; es un paseo en el lomo de una criatura nocturna en un cielo mutante, un cielo parecido al infierno a veces, a veces a los excesos.
A veces el poeta describe paisajes oníricos y nos habla directamente al inconsciente a eso que nos retumba desde dentro pero no en la mente sino en el cuerpo.
Su poesía es ante todo valiente y desfachatada como mirarse desnudo frente al espejo y sonreír y guiñarse un ojo.

Lía Sosa, agosto 2013.







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